Vamos mal. Vamos muy mal.
Dependiendo de la acción de un otro . Preocupándonos de la conducta futura, cuando todos sabemos que el futuro no existe, que son sucesiones de presentes pasados. Apostando por seguridades que no existen. Intentando no "inquietarnos" por el no-control del otro. Decidiendo cerrar los ojos a lo que pueda hacer porque es güeno, porque es mi amigo, porque me quiere. Desde este punto de vista la confianza es demoníaca.
Como me enseñaron en la autoescuela, uno no va por la carretera pensando que está llena de cabrones intentando joderte, ni piensa que son todos unos ineptos. Todo lo contrario. Una dosis razonable de buena fe hace que cuando otro coche hace raros, frena bruscamente, etc, uno sepa que pasa algo. Si lo miras como si fuera "el cabronazo este" o "la mujer, tenías que ser", uno no percibe el aviso que supone.
Pero también tienes que ir constantemente alerta, atento a las situaciones que se puedan dar. No se puede ir por la carretera pensando que, como todos son buenos conductores y bellísimas personas, yo puedo dejar de mirar porque nada me va a pasar, in god we trust. Y no será nada personal, sólo es Conducción General Básica.
La confianza es algo que es. Algo que sucede. Que se genera de manera natural cuando un día y otro y otro sólo te vienen cosas buenas por ese lado, o como mínimo, no te viene ningún mal de esa dirección. En ese caso es fácil acostumbrarse a que el mundo es así. La incertidumbre no hace su aparición, la prevención parece sobrante y hasta de mal gusto. Todos preferimos relajar la panza que mantenernos derechos y vigilantes como perrillos de las praderas. La vida es mucho más agradable.
Hay más formas de confianza. Como instinto básico, cuando sin conocer a una persona, adelantas una franqueza no justificada por un pasado común. Eso es confianza divina..
"Cuando se pierde la confianza, es por agotamiento emocional. Bien el medio o la mala intención de la persona, fomenta la incapacidad de cumplir con lo prometido de forma continuada en el tiempo". No lo digo yo, lo dice la Wikipedia. Yo sólo añadiría que las causas de esa incapacidad de cumplir con lo prometido, o con lo esperable de unas buenas relaciones humanas, son muchas: debilidad, egolatría, inseguridades, dependencia de pensamiento, crueldad...tantas como fallos humanos. Que humanos son, pero no dejan de hacer daño. Y todos ellos se generan, a mí modo de ver, en la falta de honestidad, en la falta de entereza y/o en la cobardía emocional. Y estos a su vez, de la falta de respeto y aprecio por uno mismo.
Hay un libro de Carmen Posadas que os recomiendo, "Pequeñas infamias", que reflexiona acerca del camino fatal que supone querer ocultar las pequeñas infamias. Por no dar la cara con una pequeña infamia es como se puede llegar a las más grandes infamias. Coincido plenamente.
Os dejo con un bonito verso de Keats:
«la belleza es la verdad, la verdad es belleza, esto es todo...
lo que necesitas saber»