"Cumpleaños feliz
Te regalo una tarta de pensamientos"
Ejem. Primero pongamonos música. De BBKing. Supongo que habrá que desayunar.
Algo así estaría bien, pero me conformaré con mi propia terraza. Olor a lavanda lista para ser recogida, a ser posible recién cesada la tormenta de verano - aún no descartable - que es cuando mejor huele. Café caliente y oloroso, croissants tiernos y fragantes, sol tibio, mantequilla, mermelada. Hecho para una por alguien que te quiera de verdad, tu hijo, tu gato, tu duende....
Un beso y una sonrisa de buenos días. Un rato a solas para poder despertarse despacio, saludar al sol con los ojos cerrados, repasar un dominical que en realidad no interesa.
Una ducha con olor a limones, tarareo viniéndose a más y aceites de reina mora. Prohibido salir antes de media hora. Toda la mañana, toda la vida por delante.
Sorpresas en el correo, en la mesa, en la ventana.
"Que te quiero, que no me olvido de tí" |
"la llave que abre los caminos" |
Ser felicitado por aquellos que se decantan como oro, cuando los que permanecen son los buenos. Por aquellos que se alejaron en tiempo o en espacio, pero caros al alma. Por la bendición del extraño, aquellos hermanos que apenas conoces pero cuyo corazón se apellida como el tuyo. Por tus hijos, por tus familiares, por tus animales, por toda tu vida. Incluso por san Google.
Comer de picnic, y echarse una siesta en penumbra verde, en paz, oyendo junto a tí a los tuyos respirar, sin prisa ninguna, a pesar de la impaciencia de las moscas y mosquitos.
Irse a merendar muffins y helados a una cafetería-pastelería perrrrciosa. Después de todo, hoy es el día de la Magdalena y no todo iba a ser pelo suelto y lágrimas de arrepentimiento.Tiendear y llegar a la conclusión de que ni a mí ni a mis hijos nos gusta ir de tiendas. La ropa sí, probadores nein. Disfrutar el triple rellenando el agua en la fuente.
Retirarse a un banco bajo las glicinias del parque a escribir con tinta turquesa en una libreta de tapas decoradas. Oir a las nuevas generaciones liarla parda. Enredar dibujos sin sentido, bocetos de grabados a los que les faltan veinte años para ser realizados, el clásico ojo bonito, claves de sol, partituras que todavía recuerdas, caligrafía rusa; letras capitulares medievales para nuevos poemas sobre la misma vieja canción, "aquello que nunca dijiste". Dejar transcurrir a las multitudes dentro de tí, darles voz. A veces traen nuevos puntos de vista para nuevas realidades. Me hacen ver que hay mucho por lo que dar las gracias, véase :
El regalo que andaba esperando, la oportunidad de dar un paso al frente, y que Dios reparta suerte -y quiera lo mejor para mí y sepa lo que se hace-.
Los hijos creciendo bajo las alas, con su olor tibio de cachorros y sus risas de sol, animales, humanos, estrechando sus alianzas entre especies y afianzando sus pasos y sus espíritus.
La Ohana, hermanas y hermanos, sobrinas, sobrinos, primas y primos con los que bailar danzas extremas, convocadores de los vientos desde las cuatro esquinas del mundo, sanadores, liberadores de grisuras y de malos espíritus, portadores de luz, espíritus grandes que existen, son reales y me recuerdan que las hadas tienen que extender las alas de vez en cuando para estar sanas, y que me divierte cantar, bailar, tocar la guitarra, decir picardías y barbaridades, el humor rápido e ingenioso y el absurdo, debatir teorías a golpe de tizona, viajar, ir de aventuras, el misterio, las mancias, los juegos, los cuentos, los libros, la comida, las plantas, construir con las propias manos. Que nos gusta conducir hacia el infinito y más allá. La infancia, los perros, los gatos, la luz de los recuerdos comunes, lo sobrevivido, lo arriesgado. Los dientes de leche, las peleas viscerales que se disipan como el humo sin dejar rastro, el mutuo arropado.Los amados amigos, los benditos conocidos.
La amabilidad de quien manipula y se le va la mano permitiéndote ver el truco, y provoca que te liberes de la capa de culpabilización, apegos y falsas deudas, desembarazando tu espada y el orgullo.
caminos de estrellas |
campos verdes y horizontes largos |
Parsley sage rosmary and thyme |
Nos pertenecen. A pesar de todo y guste o no, así es.
Pequeñas moras recordándome a qué sabe la libertad. Pequeños sucesos entre la rutina diaria, que me recuerdan que "siempre queda espacio para nuevas libertades" y que las cadenas respetadas serán solo los lazos fuertes que hayamos querido tender.
La rebelión de abrirse camino entre las miles de pequeñas objeciones de manos temerosas porque vemos el sendero que nos lleva a donde pertenecemos.
Hemos acabado el día cantando el cumpleaños feliz ante las velas de la pizza. Por primera vez en seis años, mi hijo ha tenido la caballerosidad de dejarme escoger los ingredientes exactamente a mi gusto. Mi madre, mis hijos, y aunque faltó el espíritu santo, estuvo el gato.
Un último vistazo a las cartas, a la numerología, a las runas, al I-ching. Después de todo, malo sería que no tuviera curiosidad por todo lo que viene detrás.
Algunos clásicos me faltaron: mi padre, el ramo de lilas (pero soy razonable, sé que nunca hay lilas en julio), el masaje a cuatro manos con aceites de nerolí, jazmín y rosa en una terraza frente al mar una noche de tormenta; cena en triclinium, fiesta pagana y lluvia de estrellas; quema de aldea con los buenos amigos, parranda magna con guitarras y hogueras. Línea de teléfono y guasap para que contacten conmigo. No importa. Es un buen día aquel que acaba con cama redonda de niño, gato, bebé, osos y perros de peluche, con karaoke de nanas y una ultima ronda de chocolate y horchata. Ya, saben: "segunda estrella a la derecha, y todo recto hasta el amanecer".
Un último vistazo a las cartas, a la numerología, a las runas, al I-ching. Después de todo, malo sería que no tuviera curiosidad por todo lo que viene detrás.
Algunos clásicos me faltaron: mi padre, el ramo de lilas (pero soy razonable, sé que nunca hay lilas en julio), el masaje a cuatro manos con aceites de nerolí, jazmín y rosa en una terraza frente al mar una noche de tormenta; cena en triclinium, fiesta pagana y lluvia de estrellas; quema de aldea con los buenos amigos, parranda magna con guitarras y hogueras. Línea de teléfono y guasap para que contacten conmigo. No importa. Es un buen día aquel que acaba con cama redonda de niño, gato, bebé, osos y perros de peluche, con karaoke de nanas y una ultima ronda de chocolate y horchata. Ya, saben: "segunda estrella a la derecha, y todo recto hasta el amanecer".