miércoles, 1 de agosto de 2012

Las consecuencias


LA BELLA DAMA SIN MISERICORDIA

¿Qué te aflige, armado caballero,
que solo andas y tu palidez espanta?
El junco en el lago se marchitó,
  y ningún pájaro canta.

¿¡qué te aflige, armado caballero,
De tez fatigada y maltrecha?!
El silo de la ardilla ya está lleno,
Y se terminó la cosecha.

Yo veo un lirio en vuestra frente,
regado con fiebre y angustia,
y en vuestra mejilla una rosa ajada
que muy pronto se hizo mustia.

Dicksee- La Belle Dame Sans Merci
`Conocí una dama en la pradera,
toda belleza- la hija de un hada-,
Era largo su cabello, su pie ligero.
Y salvaje su mirada.

Hice para su cabeza una guirnalda,
Y pulseras, y un halo fragante.
Ella me miró como al amor,
con un gemido cautivante.

La monté en mi corcel al trote,
Y todo el día no ví más nada.
Ella inclinada me cantaba
Una canción de hada.

Me consiguió raíces dulces,
Y miel salvaje, y maná del rocío.
Y dijo cierto en lengua extraña:
“mi amor y mi verdadero deseo”.

Me llevó a su caverna de duende,
Y allí lloró dolor y otros excesos.
Allí cerrè sus fieros, fieros ojos,
Con cuatro besos.

Y allí me arrulló hasta que dormí,
Y allí soñé (¡ah, ocasión sombría!)
El último sueño que jamás soñé
En la ladera fría.

Vi  reyes pálidos, príncipes también,
Pálidos guerreros de color cenizo.
lloriqueando: ”La Bella Dama sin Misericordia
te tiene sumiso”.

Vi sus voraces labios a media luz
entrecerrados en ofendida advertencia.
Y desperté, encontrándome aquí,
En la fría ladera.

Y es por esto que resido aquí,
que vago solo y mi lividez espanta.
Aunque el junco del lago se desecó
Y ningún pájaro canta.

John  Keats

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