LA BELLA
DAMA SIN MISERICORDIA
¿Qué te
aflige, armado caballero,
que solo
andas y tu palidez espanta?
El junco en el lago se marchitó,
y ningún
pájaro canta.
¿¡qué te
aflige, armado caballero,
De tez
fatigada y maltrecha?!
El silo de
la ardilla ya está lleno,
Y se terminó
la cosecha.
Yo veo un
lirio en vuestra frente,
regado con
fiebre y angustia,
y en vuestra
mejilla una rosa ajada
que muy
pronto se hizo mustia.
Dicksee- La Belle Dame Sans Merci |
`Conocí una
dama en la pradera,
toda
belleza- la hija de un hada-,
Era largo su
cabello, su pie ligero.
Y salvaje su
mirada.
Hice para su
cabeza una guirnalda,
Y pulseras,
y un halo fragante.
Ella me miró
como al amor,
con un
gemido cautivante.
La monté en
mi corcel al trote,
Y todo el
día no ví más nada.
Ella inclinada
me cantaba
Una canción
de hada.
Me consiguió
raíces dulces,
Y miel
salvaje, y maná del rocío.
Y dijo
cierto en lengua extraña:
“mi amor y
mi verdadero deseo”.
Me llevó a
su caverna de duende,
Y allí lloró
dolor y otros excesos.
Allí cerrè
sus fieros, fieros ojos,
Con cuatro
besos.
Y allí me
arrulló hasta que dormí,
Y allí soñé
(¡ah, ocasión sombría!)
El último
sueño que jamás soñé
En la ladera
fría.
Vi reyes pálidos, príncipes también,
Pálidos
guerreros de color cenizo.
lloriqueando: ”La
Bella Dama sin Misericordia
te tiene
sumiso”.
Vi sus voraces labios a media luz
entrecerrados en ofendida advertencia.
Y desperté,
encontrándome aquí,
En la fría
ladera.
Y es por
esto que resido aquí,
que vago
solo y mi lividez espanta.
Aunque el
junco del lago se desecó
Y ningún
pájaro canta.
John Keats
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