viernes, 23 de diciembre de 2011

I´m a believer

¿Veis? os lo dije: no me duraría mucho. Soy fácil de contentar. Colaboro activamente.
He salido de mi estado gato gordo gracias a una emisora de radio que ha tenido la bondad esta mañana de ponerme esta canción.
I´m a believer
Imposible acordarse de Asno cantándola sin levantar el espíritu.
 Y ya que estamos de renacimiento, vayamos con las imágenes del día:




El nacimiento de la Primavera y el nacimiento de Venus, los dos de Boticelli
No hay por qué escoger entre ellas, es la misma chica.

(Por cierto, estoy pensando que me voy a dejar el pelo así de largo, parece que además de bonito es útil para no se te pille descuidada, suceda lo que suceda. Lo malo es cuando tu criatura de meses decide que es un columpio estupendo. Duele. Lo sé que ya lo probé.:D)
No hagais planes sobre vuestra vida en el año que viene, que luego siempre son mentira. Teniendo en cuenta que hay quien dice que el mundo se acaba en el 2012, dejaos de monsergas, que ya no queda tiempo, y besad todos los sapos que podais, rezad todo lo que sepais y tiraos por todo barranco que encontreis. Y que los buitres limpien la sangre. y sobre todo, como decía el descubridor del reiki, el gran maestro Usui: 

"Precisamente en este día, no te enojes.
precisamente en este día, no te preocupes.."

Felices Navidades. A ver si en los últimos días arreglamos el año y lo podemos dar por bueno, después de todo.







jueves, 22 de diciembre de 2011

Nada nuevo bajo el sol

Confieso que hoy he tenido una pájara. 
Que no tengo ganas de ná.
Como dicen en una canción de Marea: "..tengo ya los nudillos cansados de quitar cascotes cuando me empiezo a derrumbar"
Será el tiempo, será la regla, haber dormido mal peleándome con el sueño, intentando no soñar lo que soñaba.
El caso es que hoy me siento como este gato. Creo que él tiene más expectativas vitales que yo.

No me preocupo, no me tomo en serio: es el día del Desaliento Mortal y sé que mañana se me habrá pasado, y otra vez volveré a pensar en el menú navideño, en ir con mi niño a ver luces y subirme al autobús de la navidad, soñar con ver a la familia y otros que están lejos, juntarme para brindar con los viejos amigos, volver de nuevo a la lucha con paranoias renovadas.
Pero a día de hoy pienso en que pa qué. Estoy estilo Salomón y su Eclesiastés. Os dejo el enlace, ya otro se ocupó de copiarlo antes que yo, nada nuevo bajo el sol.
(No os espante leer Biblia, en realidad es el libro más heavy que haya caído en vuestras manos, contra lo que podría parecer. Hay más muertes, traiciones, asesinatos, porno duro y parafilias que en cualquier libro de Bukowski. Nada nuevo bajo el sol.)
Corto ya, antes de intoxicaros de desidia (lo llamo ecología emocional, una gran práctica, no contagiar estados feos). Os dejo el gato para que os riais, que es bastante simpático, el Eclesiastés, que tiene su punto, y una cancioncilla de  Hair, a ver si remontamos "singing our space songs on a spider web sitar":





miércoles, 21 de diciembre de 2011

Llegó el invierno

Buenos días.
Hoy es el primer día de invierno.
El frío, la nieve, la Navidad. Los cielos oscuros, las noches largas.
También las caras rojas, los dedos helados que calienta un chocolate caliente. La pereza de salir que arropa un un buen libro. El acurruque bajomanta, los recios cocidos, madrileños o leoneses.
Pero también las guerras de bolas, los pies mojados de pasárselo bien. El aliento visible, probar a hacer anillos de humo mientras esperas tu café en el bar. Los saltitos para mantener los pies calientes en la parada del autobús, la calefacción a todo lo que da en el coche. La decencia obligada por el clima, o el triunfo del glamour minifaldero sobre cualquier consideración humana (o inhumana). Cobijar la nariz en la bufanda.
La gripe obligándonos a reconocer que necesitamos descanso, abrazos y cuidados. Los caldos de pollo que caldean el estómago y el espíritu, el olor del zumo de naranja que alguien prepara para que te cures, la infusión de orégano, la aspirina con café cada ocho horas, los vahos con eucalipto, la leche caliente con miel y coñac para hacerte un rollo debajo de la manta, a sudar y dormir mucho. Los baños calentitos con vinagre y romero para bajar la fiebre.
Navidades, llenas de estrés, emocional y del otro. Enero, como un señor, con días soleados o no, pero siempre resueltos a ser lo que han decidido ser. Febrero, enloquecido con días que nunca se sabe como se tornarán. Marzo. Bendito marzo.
Hoy es el primer día de invierno, y bueno será que haya venido. No podía ser todo primavera enloquecida.
Es tiempo de cipreses. De silencio en los bosques de pinos, en los parques. De llorar por los muertos del arcén. De recuperar fuerzas, de  hacer inventario de superpoderes, y restaurarlos con amor antes de volver a la batalla.

Os dejo una canción para poneros en situación:
Feliz Invierno. O Yule. O hibernación. O como querais llamarlo. 

martes, 20 de diciembre de 2011

De piedra ha de ser la cama

Buenos días.  
Hoy os dejo "sólo" unas cuantas imágenes de Rodin. 
Que se vea amor en el mundo, aunque sea en piedra. 


Angeles y demonios
 The Eternal Idol
  El Beso
y también os dejo una de esas rancheras absolutamente imprescindibles en toda infancia que se precie.
Si no os gusta este estilo de música es igual: os la poneis y vais haciendo oído, que también hace mucha falta.

lunes, 19 de diciembre de 2011

Uno dos tres, salta

El sábado hice puenting.
Descubrí que lo peor no es caer, ni aceptar participar en tal aventura, ni tirarse.
No me faltó valor, ni presencia de ánimo, ni audacia ni las ideas y las ganas claras de hacerlo.
Descubrí que lo peor es la libertad de escoger el momento.

El monitor contaba uno, dos, tres, decía tu nombre y entonces tú saltabas. Te daban tres oportunidades y si no saltabas a la tercera te retirabas y no te devolvían el dinero.
Ya antes de saltar yo tenía claro que si dejaba pasar la primera oportunidad, luego no vería claro el momento de saltar y podrían pasar las tres veces, y yo no quería eso, yo quería saltar.
Lo que no sabía es el tiempo tan largo que puede pasar a lo largo de tu nombre. Entendí por primera vez el asunto de los límites que "tienden" a cero: ¿me tiraba en la A, en la NA o cuando hubieran acabado los ecos (que los hay, aunque habitualmente no se escuchen)?¿cuando el monitor lo dijera, cuando me llegara al oído, cuando me llegara al cerebro, cuando me llegara al cerebro respiraba y me tiraba?  no había un punto 0.
Y daba miedo elegir. No tirarse, no. Elegir el momento de tirarse.
Vi que desde mí podría enzarzarme en "casi momentos": a la una, a las dos, a las dos y media.....cuando el sol me de en los ojos...cuando esté preparada....cuando los sapos bailen flamenco... En ningún momento falló el deseo y la resolución de saltar: el problema era el miedo a elegir momento de lanzarse.
Me salvó el concepto de obediencia ciega. En un microsegundo apeé el mando sobre mi misma y mi capacidad de autogestión, y obedecí ciegamente al monitor: no hay nada que pensar y se hace. Lo demás no es peor que el parque de atracciones, o el rock and roll acrobático.
Es el día en el que he entendido que un buen sargento autoritario y de palabra áspera es en el fondo una buena madre que se hace cargo de tu miedo a la libertad, y te libera del peso de decidir el momento a la hora de entrar en combate.Entiendo por qué el ejército pueda aportar seguridad en la vida de uno.
Entiendo también que las mujeres nos equivocamos al esperar de los hombres una decisión para sentirse amada, como darte un beso, comprometerse... pidiéndole además que escoja cuál camino. Entiendo también por qué triunfan las doña Conchas, marimandonas y rodillo en mano. Yo también quiero una.
Entiendo también que no tengo remedio: no sería capaz de retirarle a nadie el respeto a su libre albedrío, ni siquiera para ayudarle a tirarse por un puente, aunque entienda que hasta yo puedo agradecerlo.
Buenos días, estrellas.
Canción de Solveig, E. Grieg

sábado, 17 de diciembre de 2011

Rerum Cordi

"Soy sagrado.
Y no torturo mi espíritu ni para defenderme ni para que me comprendan.
Las leyes elementales no piden perdón " (Walt Whitman)

Nadie debería hacerte sentir que no eres suficiente. 
Después de todo, eso es según su propia versión del mundo, que ni es la única ni debe ser la tuya. Cada uno debería cargar sólo con sus propias vergüenzas, y no con las vergüenzas de los seres que ama. Y mucho menos con las de completos desconocidos.
Si amas a alguien de verdad, no le transfieras tus vergüenzas. No le castigues a los calabozos de la  soledad por no responder a una expectativa creada por tí. No te enojes con él por ser desobediente a tus sueños, no le devuelvas una mirada decepcionada por ser él/ella misma.
Si amas a alguien de verdad, no le dejes transferirte sus vergüenzas. Después de todo, debería amarte precisamente a tí, más que a  sus fantasmas. 
Vaya esto como disculpa, por tantas veces que se lo hice a otros.



viernes, 16 de diciembre de 2011

Buenos días. Sigo con esta mi campaña de armonizar el mundo. Hoy toca darle paz a los ojos.
Este cuadro, que lleva por título "la Madre", es de Gustav Klimt.      Reconozco que es de esos cuadros que me tiraría horas mirando. Porque me  calma. Me da paz. 
Hay una canción de un grupo malagueño, que me produce la misma sensación de paz, de nana, de arrullo, de que alguien se ocupa de tranquilizarme y consolarme. Os la pongo también, para que os la pongais en esos días en los que el mundo es hostil en exceso. 
No dejeis de acudir a sus conciertos cuando los den.Un abrazo.

jueves, 15 de diciembre de 2011

Rerum mundi

Como decían en un tango:
"Que el mundo fue y será una porquería, ya lo sé,
en el quinientos seis, y en el dosmil, también "
Así que yo empiezo desde aquí mi contrarrevolucionaria, y os voy a mostrar cosas que creo contribuyen a hacer este mundo un lugar algo más agradable.
Como primera medida, os dejo el tango ;D Cambalache (Carlos Gardel)